En el transcurso de los últimos años, la humanidad ha experimentado una transformación sin precedentes debido a la pandemia de COVID-19 y la constante presencia de virus respiratorios invernales. Sin embargo, es desconcertante darse cuenta de lo poco que hemos aprendido hasta ahora sobre estos desafíos virales.
La primera lección que la pandemia nos ha enseñado es la vulnerabilidad de nuestro sistema de salud global. A pesar de los avances científicos, la rapidez con la que un virus puede propagarse ha dejado al descubierto lagunas en nuestras infraestructuras y sistemas de respuesta. La necesidad urgente de invertir en investigación médica y fortalecer la colaboración internacional es innegable.
Otro aspecto destacable es la importancia de la comunicación transparente y efectiva. La información errónea ha proliferado y ha contribuido a la confusión generalizada. Es esencial mejorar los mecanismos de comunicación para garantizar que la población comprenda la gravedad de la situación y adopte medidas preventivas de manera informada.
La pandemia también ha resaltado la necesidad de preparación ante lo desconocido. Aunque hemos experimentado brotes virales en el pasado, la magnitud y rapidez del COVID-19 han demostrado que nuestras estrategias y protocolos de emergencia necesitan una revisión integral. La inversión en investigación sobre virus emergentes y la creación de planes de contingencia robustos deben ser prioridades.
En cuanto a los virus respiratorios invernales, la pandemia ha subrayado la fragilidad de nuestras defensas naturales. La importancia de mantener hábitos de higiene, promover la vacunación y fomentar estilos de vida saludables se vuelve aún más evidente. Además, la necesidad de desarrollar vacunas más efectivas y adaptativas a la evolución de los virus es imperativa.
En conclusión, la pandemia de COVID-19 ha sido un llamado de atención para la humanidad. A pesar de los avances tecnológicos y científicos, hemos aprendido que la preparación, la colaboración global y la adaptabilidad son cruciales para hacer frente a desafíos virales. A medida que avanzamos, es esencial internalizar estas lecciones para construir un futuro más resiliente y saludable.
Hace unos días realice unas etapas del camino de Santiago con unos amigos. Creo que esta vieja canción de Juan Pardo refleja muy bien unos sentimientos aflorados en estos días:
Ayer estuve en la presentación de un libro. No era un libro cualquiera. Mi compañero de residencia Oscar presentaba su diario, su lucha diaria contra el cáncer.
Conocí a Oscar cuando comenzamos nuestra residencia en Medicina de Familia en Medina del Campo, allá por el año 1993. Era el menor de los residentes de ese año en el hospital y quizás por ello el más querido y con el que más empatizamos todos, adjuntos y residentes. No finalizó con nosotros porque un accidente le impidió completar la residencia y hubo de recuperar los meses que perdió en su recuperación. Cada uno seguimos nuestros caminos y ocasionalmente coincidíamos. Supe de su dedicación a los demás, y no me extraño en absoluto, su predisposición a la colaboración, allá donde hiciera falta. Una de las veces que nos vimos me dijo: "tengo siempre la mochila preparada por si me llaman". ¡Y vaya si le han llamado!. A acudido a los terremotos de Haiti, Nepal, Sri Lanka...además de colaborar en multitud de campamentos de refugiados.
Ayer hablando con él me dijo que la última carrera, antes de empezar el tratamiento había sido en Tordesillas, la última vez que le había visto. Desde entonces sus temores, angustias, miedos y esperanza las ha plasmado en un libro: Mi maratón contra el cáncer. La recaudación de la venta de este libro van destinada a organizaciones dedicadas a los demás, como Oscar ha entregado su vida: Amigos de Gambia, Bridge2 y el Centro de Investigación del Cáncer de Salamanca.
Estoy seguro que tu madre, a la que va dedicado el libro, y fallecida por cáncer está orgullosa de tu labor allá donde este.
Me sumo a la iniciativa a favor de reclamar justicia para los afectados por la Talidomida en España.Esta carta está copiada del blog del Dr. Salvador Casado.
Como primera medida me niego a recibir a ningún delegado del laboratorio Grünenthal hasta que indemnize su empresa a los afectados españoles.
Carta abierta a
los Laboratorios Grünenthal a favor de las víctimas de la Talidomida
“Un momento lleno de
armonía natural nos hace desear que los segundos se alarguen […] Contergan nos
ofrece paz y sueño. Este inofensivo medicamento no afecta […] y es bien
tolerada incluso por los pacientes más sensibles. Sueño y paz: Contergan,
Contergan forte” (Publicidad de la talidomida por los Laboratorios Grünenthal).
Los profesionales de la medicina
reconocemos la contribución que la industria farmacéutica ha producido en la
mejora de la salud de las personas. Desde el descubrimiento y comercialización
de laacetofenidina en 1885 hasta la
actualidad, muchos han sido los éxitos en la investigación farmacéutica que nos
han permitido contar con un amplio arsenal terapéuticopara combatir un gran número de enfermedades.
La sífilis, el asma bronquial o el síndrome de Seehan del posparto, por poner
algunos ejemplos, son enfermedades
graves a las que podemos responder y conseguir que las personas que lassufran puedan recuperar una vida digna.
Pero en ese camino ha habido algunos
éxitos y muchos fracasos, se ha tenido que abandonar muchas moléculas
prometedoras que no han cumplido sus expectativas, bien por sus interacciones
farmacológicas no previstas, o bien por sus reacciones adversas sobre las
personas. Con el desastre de la Talidomida, por la que unos 20.000 bebés nacieron en todo
el mundo con severas malformaciones, se desarrollaron nuevos mecanismos de
seguridad y se establecieron controles y filtros de las nuevas moléculas antes
de su comercialización. Así, la Talidomida no solo fue un caso de perjuicio a
un grupo de personas, también marcó un antes y un después en la seguridad
farmacológica de la población y, por lo tanto, fue un ejemplo paradigmático de
lo que no se debe hacer.
Esta mejora en la seguridad del
paciente ha elevado los costes de investigación y cambiado las vías de
financiación. La industria farmacéutica ya no afronta sola el coste de la
investigación sino que esta se produce mediante un sistema mixto con
participación tanto privada como pública. A pesar de ello, los beneficios económicos obtenidos son solo
privados.
España es el único país europeo
en el que las víctimas de la talidomida no van a recibir ayudas y eso produce una
indignación añadida, huele a injusticia social europea. Aquí fue uno de los
países en donde más preparados se comercializaron y se supone que, en la
actualidad, es donde quedan más afectados vivos. Pero mientras que los
tribunales españoles han reconocido que el delito está prescrito, Grünenthal lleva
décadas pagando a los afectados alemanes, ingleses e italianos. Los primeros,
desde 2013 pueden llegar a percibir casi
7.000 euros mensuales según grado de discapacidad; los ingleses e italianos pueden
llegar a los 4.000 euros. Sin ir más lejos, el año pasado se acordó un pago
indemnizatorio a los afectados neozelandeses y australianos de casi 60 millones
de euros.
Grünenthal España afirma que
quiere contribuir “de manera integral y exhaustiva a restablecer la salud y
mejorar la calidad de vida de las personas” (Informe de Responsabilidad Social
Corporativa 2009 – 2010) y eso es justo lo que le pedimos que haga desde esta
carta abierta para con las víctimas españolas de la Talidomida. Que no haya que
llegar a la sentencia del recurso de casación ante el Tribunal Supremo, que reconozca
su deuda histórica con las víctimas y que les pague a los afectados los 20.000 euros por cada punto porcentual de
discapacidad,como decía la sentencia
anterior, sin necesidad de que tengan que presentar el frasco de Softenon o
cualquier otro de los seis que se comercializaron en España entre 1957 y 1963.
Somos muchos los profesionales de
la medicina que nos sentimos muy decepcionados con la forma de actuar del
laboratorio y consideramos que la argucia legal empleada empaña profundamente
su prestigio. Probablemente, hasta que no reparen esta injusticia, a muchos de
nosotros nos costará más de lo habitual prescribir sus productos teniendo en
cuenta que otros laboratorios ofrecen alternativas idénticas.
Tanto los médicos firmantes de
esta carta como otros muchos compañeros de profesión estamos convencidos de que
nos sentiríamos aliviados si no fuera necesario adoptar este tipo de medidas y,
con el ánimo de reparación de la injusticia social que Grünenthal está
produciendo sobre las personas afectadas por la Talidomida en España,
solicitamos a los responsables del laboratorio que reaccionen convenientemente
e indemnicen a las víctimas.
Firmantes de la carta: José
Martínez López; Vicente Baos Vicente; Salvador Casado Buendía; Enrique Gavilán
Moral; Juan Gérvas Camacho; Abel Novoa Jurado; Javier Padilla Bernáldez; Juan
Antonio Sánchez Sánchez
NO llores por lo que perdiste, lucha por lo que te queda.
NO llores por
lo que ha muerto. Lucha por lo que ha nacido en ti.
NO llores por
quien se ha marchado. Lucha por quien esta contigo.
NO llores por quien
te odia. Lucha por quien te quiere .
No llores por quien te ha fallado,
Lucha por quien te motiva en tu vida,
NO llores por tu pasado. Lucha por
tu presente.
NO llores por tu sufrimiento Lucha por tu felicidad que
Dios te da, con las cosas que ha uno le suceden vamos aprendiendo que
nada es imposible de solucionar, solo sigue adelante, no miren atrás.